El Grupo Empresarial Oikos defendió la política de vivienda social del Gobierno, pero advirtió que dicha solución solo debe hacerse por la vía de mecanismos diferentes a la banca tradicional porque de lo contrario volverían a perderse miles de viviendas, dejando a los más pobres en la calle.
El presidente de la constructora, Gabriel Díaz Ardila, indicó que el país más necesitado es el que reclama una solución de vivienda, pero sin volver al terrible pasado en donde las daciones en pago les arrebataron su casa o apartamento a los colombianos que habían puesto todo en el sistema financiero y que por coyunturas económicas y de mercado debieron devolver los inmuebles para empezar de cero.
Sostuvo que en esa época los compradores de vivienda pasaron de la ilusión y la realización de un sueño a la peor de las pesadillas que tuvo como origen la compra de vivienda atada a los créditos hipotecarios indexados por las tasas de interés, el UPAC o la UVR.
“La actual coyuntura económica para el sector de la construcción y en especial de la vivienda se presenta muy positiva. El Gobierno del presidente Santos se comprometió a construir un millón de viviendas y esto significa prácticamente el doble de las construidas en los últimos años. Las perspectivas que presenta el gobierno son bastante positivas; si se logra llegar a un acuerdo sobre los macroproyectos y especialmente, si se consigue que haya terrenos suficientes, que es uno de los problemas más graves de la actualidad, es factible llegar a esa meta, lo cual significaría un incremento enorme en la construcción y por lo tanto en mano de obra, infraestructura y consumo de materiales”, agregó el empresario, según comunicado de prensa.
Aclaró que existe un problema más de fondo ante esta perspectiva y es cómo llegarle a las personas de menos recursos, que es uno de los factores donde el gobierno es más insistente.
Es absolutamente imposible, declaró, que una persona de escasos recursos, es decir, que devengue menos de dos o un salario mínimo mensual, pueda acceder a un crédito con un banco, ya que la vivienda puede valer entre 30 y 40 millones de pesos y aunque el gobierno entregue un subsidio de vivienda por valor de 17 o 12 millones de pesos, el comprador debe contar con una suma importante para la cuota inicial e ir al banco a solicitar crédito por el excedente, allí está el lío.
Es absolutamente imposible, declaró, que una persona de escasos recursos, es decir, que devengue menos de dos o un salario mínimo mensual, pueda acceder a un crédito con un banco, ya que la vivienda puede valer entre 30 y 40 millones de pesos y aunque el gobierno entregue un subsidio de vivienda por valor de 17 o 12 millones de pesos, el comprador debe contar con una suma importante para la cuota inicial e ir al banco a solicitar crédito por el excedente, allí está el lío.
Para Oikos, la situación actual se resume en que deben buscarse nuevos modelos, tales como leasing habitacional especial o modelos que no tengan que tomar crédito, sino que vayan adquiriendo su vivienda progresivamente, pero que no corran el riesgo ni de perder lo que ya han pagado, ni de perder el subsidio para dejarlo en manos de una entidad financiera.
“No olvidemos que los bancos han tenido que quitarles vivienda a los más pobres, dejando gran cantidad de personas sin vivienda, cifra superior a la que dejo la última calamidad causada por el invierno en Colombia”, dijo Díaz.
Manifestó que todo este escenario hace que el país y el Gobierno piensen en la adopción coherente de modelos diferentes, ya sea por titularizaciones inmobiliarias, por fondos inmobiliarios o por mecanismos como en otros países, que permiten que personas de escasos recursos ingresen como arrendatarios y vayan adquiriendo esas viviendas progresivamente y en un tiempo suficiente, en la medida en que van mejorando su capacidad de pago.
“Sobre esto existen ya modelos perfectamente manejables, que lógicamente tienen que cumplir con dos aspectos: que no signifique regalarles la vivienda donde se desestimule el esfuerzo por progresar, pero que tampoco signifique endeudar al propietario de manera que sea incapaz de cumplir con sus obligaciones”, consideró.
A criterio de Oikos, estos aspectos hacen prever que la construcción en los próximos años será de gran impulso en el desarrollo económico del país, mejorando enormemente la capacidad de producción, la mano de obra y muchos otros aspectos que influyen en los índices de gestión nacional.
La constructora precisa que para semejante reto, los constructores deben estar preparados para afrontar el desafío, pero instó al Gobierno a apoyar aquellos puntos donde es necesaria su definición con decisión y urgencia.
Para el Grupo Empresarial hay aires positivos que hacen prever que la economía continuará con tasas de interés bajas y con un manejo económico sólido y confiable, asunto que redundará en mayor inversión en finca raíz en donde el común denominador será la gran fortaleza por mayor seguridad y por los mejores indicadores de rentabilidad y liquidez.
La renta de la finca raíz puede estar alrededor del 12 por ciento, entre valorización y renta, dando al inversionista una mejor tasa que una inversión normal del cuatro o cinco por ciento Efectivo Anual que es a lo que puede acceder hoy.
Tomado de: ElEspectador.com