La fiducia inmobiliaria es una figura jurídica que utilizan las constructoras como elemento para proteger el patrimonio, así mismo para disminuir las dificultades sobre el capital, al tiempo que se incrementa y se convierte en el sustento de la construcción.
Ante el proceso de planeación y edificación, las empresas constructoras pueden correr el riesgo de quedarse con propiedades sin vender, estas a su vez generar interés; otros por el contario esperan a tener resuelto y firmado todos los permisos para hacer una promoción del bien inmueble, situación que demora su venta.
Gracias a los derechos fiduciarios, se protege el patrimonio desde la planeación y no se pone en riesgo el capital de los socios o de la constructora, generando mayor dinámica en el mercado, sin poner en peligro grandes cantidades de dinero.
La titularización, entonces permite vincular grandes cantidades de dinero, reduciendo la posibilidad de pérdidas, ayudando a rebajar el capital requerido para la ejecución del proyecto, siendo solvente e independiente.
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