Incentivar el deporte en los niños requiere de actividades dinámicas divertidas, la natación es una opción eficiente que puede implementar con sus hijos. En esta nota le damos algunas ideas para que empiece.
El ejercicio y la actividad física son aspectos fundamentales del desarrollo de los niños. Además de ayudarlos a llevar una vida sana, son una forma de crear hábitos saludables que los acompañarán por muchos años. Por esa razón, el día de hoy le presentaremos ejercicios en piscinas para los niños.
¿Por qué la natación?
Según los expertos, la natación es uno de los deportes más completos que existen ya que favorece la capacidad pulmonar, las articulaciones, la flexibilidad, reduce el estrés, tiene beneficios psicológicos y cognitivos y ayuda a combatir el asma, la diabetes y el colesterol. Por esas razones, fomentar los ejercicios de natación para niños es una forma de contribuir a su bienestar.
Además, es importante notar que las actividades en piscina para niños son la mejor manera de incentivar el deporte de una forma que resulte entretenida y divertida para ellos. Algunos otros ejercicios pueden parecerles tediosos o aburridos, la natación, en cambio, puede ser una gran idea.
Tenga en cuenta que los niños que pueden realizar las actividades que le presentaremos a continuación deben ser mayores de 3 o 4 años. Además, la supervisión y el acompañamiento de un adulto responsable son indispensables para garantizar la seguridad del menor.
Ejercicios de natación para niños
Lo primero que debe tener en cuenta antes de empezar con los ejercicios es si el niño sabe nadar, ya que esto determinará qué actividades se pueden realizar y cuáles no. Aunque se recomienda que la piscina para realizar estas actividades no tenga mucha profundidad, incluso en un nivel de agua bajo, los niños que no saben nadar se pueden sentir abrumados y asustados en el agua.
Lo ideal será iniciar con ejercicios tranquilos para que, poco a poco, se sientan seguros y confiados. Puede comenzar sentándolos a la orilla de la piscina y sumergiendo solo los pies. En esta posición es posible realizar ejercicios de pataleo. Recuerde que lo ideal es llevar un ritmo lento y esperar a que ellos se sientan cómodos para avanzar. Lo último que quiere es crear una experiencia traumática alrededor de la natación.
A continuación, deberá motivarlo a que sumerja más de su cuerpo para poder realizar los siguientes ejercicios:
• Patear: este es el ejercicio con el que más cómodos se sentirán los niños que no estén familiarizados o que muestren temor en la piscina. Deberá sostenerlo, ya sea de frente o boca abajo sobre el agua, e instruirle que comienza a patalear fuertemente pero de forma constante. El niño solo deberá sumergir el torso en el agua, sosteniéndose del borde de la piscina si así se siente más seguro.
Patalear fortalece las articulaciones y es un buen ejercicio cardiovascular. Además, es un buen entrenamiento para los niños que aún no saben nadar.
• Flotar: flotar es otro de los ejercicios que los niños pueden hacer para sentirse con más confianza en el agua. Lo ideal es que se haga boca arriba y que sostenga su espalda con suavidad para no asustarlo. Eventualmente, el niño tendrá confianza y usted podrá soltarlo y felicitarlo por el avance.
• Estrella de mar: similar al anterior, la idea es que sostenga al niño por la espalda o el vientre y él se sienta con la confianza de abrir por completo brazos y piernas como una estrella de mar. Puede motivarlo a que sumerja la cabeza durante unos segundos y haga burbujas en el agua.
Con este ejercicio los niños estarán fortaleciendo la zona pélvica y las articulaciones, así como trabajado en actividades cardiovasculares.
• Pelota: el típico juego de pelota en la piscina es una forma de incentivar el ejercicio pero mediante un juego. Existen muchas formas de jugar a la pelota en una piscina y dependen del número de participantes, lo ideal será hacerlo de forma que se trabajen todos los músculos posibles. Un juego de tirar y atrapar puede ser suficiente.
• Tiburón: este es otro juego que puede implementar con sus niños. Se trata de que alguien —preferiblemente el adulto— haga el papel de tiburón, mientras los demás —los niños— tratan de cruzar de un extremo de la piscina al otro nadando y evitando que los atrape el tiburón. Naturalmente, esta es una actividad para los niños que saben nadar.
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