El valor se fija por medio de un avaluador. Éste debe basarse en información clara y fidedigna; un avalúo no puede circunscribirse solamente al concepto de valor, sino a un conjunto de elementos fácticos, jurídicos y económicos que llevan a determinar el valor del inmueble.
En los avalúos de apartamentos, por ejemplo, hay que verificar los años desde que se construyo, ubicación, dirección, cuándo fue la última remodelación, qué acabados tiene, si es casa unifamiliar, apartamento, tiene derecho de aire, qué estrato es, avaluó catastral, valor de la cuota de administración, calidad de los vecinos, accesos de rutas de buses, comercio cercano, colegios cercanos, universidades cercanas, si es propiedad en pisos altos, tiene ascensor o no tiene, todo esto puede influir en la variación del precio.
Recuerde que todos los bienes deben pasar por un proceso de avalúo y administración de inmuebles. La estimación del precio se puede generar sobre una vivienda, maquinaria y equipos, vehículos, naves y aeronaves, negocios, activos financieros, joyas y objetos de arte, entre otros.
Por último, la vigencia de un avalúo se determina anualmente y dependiendo de la persona o empresa que realice el proceso, será el valor a cobrar por el servicio.
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